¿Por dónde se inicia a contar una historia? ¿Qué fue más importante, el primer paso o ese último intento en donde te jugaste la vida? ¿En qué parte del cuerpo conservamos la emoción que sentimos cuando algo nos ha salido bien, o mejor de lo esperado?
¿Qué sucede un segundo después de que te dan el sí más importante en tu vida? ¿A quién recurres cuando algo significativo sucede en tus adentros?
¿De cuántos sitios nos despedimos para poder llegar a nuestro destino? ¿Qué es el destino, si no una casualidad programada?
¿Quién está del otro lado de la puerta, esperándonos? ¿Cuántas puertas se abrieron para que esta última nos recibiera?
¿A dónde vamos con tanta prisa? ¿Y quién nos ha hecho creer que vamos tarde?
¿Qué fue lo primero que tuvieron que enseñarnos de niños y por qué lo aprendimos tan mayores? A ser pacientes.
Ahora pienso que la vida es paciente con nosotros, y no al revés. Cómo todo estuvo siempre en su sitio, en el momento indicado, y fui yo quien no lo supo ver. Lo necesario que fue habitar el dolor para permitirme transformarme a través de él. Lo importantes que fueron esos momentos de incertidumbre; algo dentro de mí se fortalecía mientras yo daba todo por perdido. Supongo que desafortunado es quien, en esta vida, no ha experimentado una fuerza interior bruta que se sostiene de eso que llamamos fe. Aunque no lo nombremos, aunque ni siquiera nos percatemos de ello.
Miro de reojo lo que esta frente a mi ordenar, mientras escribo esto, como queriendo cerciorarme de que es real, de que existe: un libro que lleva mi nombre. El calor del invierno, es un libro lleno de significado, representa más de 15 años de autodescubrirme a través de la escritura, más de 10 años dedicados al cuidado de mi persona, a la sanación de mis heridas, a la búsqueda inalcanzable de la verdad, este libro es la culminación de una vida que ya no es mía.
Intuyo que este libro, como su autora, llegará a donde tenga que llegar para cumplir con su propósito. Porque lo tiene, apapachar el alma, acompañar una soledad, decir una obviedad, sacarte una sonrisa, o una lágrima.
El calor del invierno descansa en los brazos de quienes han sido pacientes en su espera, de quienes lo creyeron posible mucho antes que yo.
Mañana es la presentación de mi libro en Ensenada, la ciudad donde crecí, me ilusiona saber que estarán mis papás compartiendo este momento tan importante conmigo. El regalo que ha sido publicar mi primer libro, ha sido eso, compartirlo con la gente que me quiere y quiero. Es un sentimiento inexplicable. Pocas cosas tan valiosas como eso.
Que la vida nos siga llenando de primeras veces. Que cada encuentro sea una oportunidad para volvernos a ver a los ojos. Que hagamos música de lo bueno que pasa en el mundo. Porque no todo está perdido, mientras sigamos en la búsqueda de descubrir a qué hemos venido al mundo.
Con amor y algo de nervio,
Jazmin
Me muero de ganas por leerlo 🫶🏼
Mucho éxito Jaz!! Me encantó la última parte, dicen que lo que es nuestro siempre nos va a encontrar💓